Text de: Milthon Robles, periodista hondureny i actual escriptor acollit pel PEN Català.

Dina Meza es así, como la definimos: una mujer valiente, una guerrera incansable y una luchadora sin tregua por los Derechos Humanos y la libertad de expresión en su país. Tras su participación en todas las actividades y encuentros programados durante su visita a Barcelona, hablamos con ella para que nos contara un poco sobre su trayectoria, el motivo de su viaje a la ciudad condal y su experiencia durante la gira.

Antes que nada, quiero darle las gracias en nombre del PEN Català, el ayuntamiento de Barcelona y todas las personas y organizaciones de esta ciudad que están comprometidas con la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión. De verdad, muchas gracias por su labor y compromiso con Honduras y, en especial, quiero agradecer personalmente el apoyo que nos has dado durante todo este tiempo a la periodistas y activistas de los derechos humanos que nos hemos visto amenazadas y que en muchos casos nos ha tocado que salir al exilio. Hablemos un poco sobre quién es Dina Meza y a qué se dedica.

Mi nombre es Dina Meza, soy de Honduras y soy la directora ejecutiva de la Asociación por la Democracia y los Derechos Humanos (ASOPODEHU) y presidenta del PEN Honduras.

— ¿Cuál es el motivo de su viaje a Barcelona?

Bueno… he venido por acá por un motivo muy importante que es para posicionar la situación de periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos que están sufriendo amenazas en mi país.

— ¿Cómo han recibido la problemática social y la violación de los Derechos Humanos que usted traslada a las personas y entidades de esta ciudad y básicamente de toda Cataluña?

Pienso que todas las personas e instituciones con las que me he reunido tienen mucho interés sobre la situación de Honduras, pero carecen de información y esto implica que, tal como lo hemos venido diciendo en otras ocasiones, las hondureñas tenemos una situación de falta de información con respecto a Europa. y quizás también que las consultas deben hacerse directamente de estos países hacia Honduras puesto que estamos en situación grave respecto a los derechos humanos y es importante que el mundo ponga los ojos sobre nuestro país.

— ¿Usted es periodista, pero también es activista de los derechos humanos… como se pueden ejercer las dos labores a la vez?

Bueno… antes que eso quiero agregar otro punto por el cual vine a Barcelona; vine a ver a Milthon Robles, un periodista hondureño exiliado que tuvo que salir del país en 2016 debido a las amenazas, he venido a compartir unos días con él porque el desarraigo de la patria es bastante fuerte y a darle un poco de ánimo para que siga adelante.

— Le preguntaba antes de esa mención que ha hecho, sobre cómo se vive siendo periodista, activista de los derechos humanos, además de tener que enfrentarse como mujer a un sistema patriarcal como el que nos han impuesto.

[unos segundos de silencio y con una mirada fija y pensativa] Bueno, desarrollamos las actividades, si bien es cierto en el mismo contexto y quizás en los mismos momentos ponemos una rigurosidad cuando estamos haciendo periodismo, tratando la temáticas con mucha responsabilidad, no pasando la línea del activismo sino que abordamos la temáticas de acuerdo como se están dando y le estamos presentado al público el problema que está sucediendo con equis o ye caso o cómo está interviniendo el estado y qué consecuencias tiene en el impacto contra la libertad de expresión y los derechos humanos en general. Por otro lado, ser mujer periodista en un sistema patriarcal nos enfrenta a violencia de todo tipo, una violencia patriarcal que nos pretende colocar como mujeres que no pensamos, que somos ciudadanas de quinta categoría y que nuestros derechos, si sobran, hay que tomarlos y que es una dádiva que se nos está dando.

También en las salas de redacción de los medios corporativos se encuentra una con muchas de esas cosas: jefes redactores que pretenden decirnos cómo decir o escribir algo que no pensamos, como por ejemplo que esta nota tiene que llevar esta línea (o sea como que no pensamos) o cuando vamos a hacer una cobertura periodística ya nos quieren imponer una línea… también nos desechan el material informativo que llevamos porque dicen que no tiene ninguna importancia, etc. A parte de eso tenemos que enfrentar los malos salarios que son peor que los que tienen los hombres, en Honduras a las mujeres periodistas nos pagan menos por más trabajo que hacemos y nos mandan, a veces, a fuentes informativas peligrosas como las fuentes policiales, sin ninguna protección, donde podemos sufrir acoso, violencia, malos tratos… nos discriminan por ser mujeres pero también nos atacan el cuerpo, nos dicen que somos feas, gordas o que somos muy bonitas y que le tenemos hacer favores sexuales a cambio de cedernos una entrevista, y allá se usa mucho el estereotipo de que todas las mujeres somos fáciles, en especial las periodistas.

— En cuanto al respaldo de la comunidad internacional sobre el apoyo a la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión en Honduras, ¿usted cree que el apoyo es suficiente o aún queda mucho por hacer?

Me parece que ha habido un apoyo importante, justamente por las redes que hemos ido haciendo. Encontramos al PEN Internacional en Londres y hemos tenido un fuerte lazo con el PEN Catalá y esto hace que el tema de escritores y periodistas en el país sea visible.

En el caso de PEN hemos ido a diferentes foros internacionales, al consejo de derechos humanos, al senado de los Estados Unidos y hemos posicionado el tema “periodistas” porque lo que sucede es que, generalmente, cuando se aborda el tema de la libertad de expresión se hace de forma tan general que queda opacado el hecho de que existen amenazas; o cuando se aborda el tema de los derechos humanos en Honduras, la libertad de expresión queda en un nivel tan bajo que no se visualiza la situación en realidad, como cuáles son los patrones de ataque que tenemos como periodistas y escritores o cómo el estado utiliza su poder para crear leyes lesivas a la libertad de expresión e información en el país.

— En el informe anual de Reporteros sin fronteras dice que desde 2001 al 2018 han sido asesinados 79 periodistas y comunicadores sociales en Honduras. ¿Ese dato es exacto o hay más periodistas asesinados que no se han registrado en esos informes?

Por lo menos es eso lo que se ha documentado desde el 2001… lo que pasa es que en algunos momentos se deslegitima el hecho de que algunos periodistas han sido asesinados por su labor informativa. Pero como hemos señalado desde PEN Internacional y PEN Honduras mediante diferentes misiones que hemos tenido, Honduras necesita un protocolo orientado a crímenes y amenazas contra periodistas. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que los investigadores tienen que enfocar su labor, comprobar y contrastar si lo que sucedió con esta periodista o este periodista tuvo que ver con la labor informativa que estaba realizando.

Mientras no nos hagan y no nos presentan un informe que sea veraz, efectivo e imparcial, nosotras seguiremos diciendo que todos los periodistas mueren por el ejercicio de la profesión.

— En sus distintas actividades e intervenciones durante esta visita que nos ha hecho en la ciudad condal, nos hablaba sobre un hecho particular —que comenzó el 2017— del nuevo código penal en Honduras que fue impulsado por el actual gobierno y que de una manera u otra ha sido apoyado y financiado por la Agencia Española de cooperación internacional… ¿Qué tan ciertas son estas aseveraciones?

Bueno desde ese año 2017 empezó una revisión para poder redactar un nuevo código penal. Lamentablemente se utilizó como ejemplo el código penal español, la ley mordaza se copió casi íntegramente a nuestro código y ahora tenemos un nuevo código penal ya aprobado sin el consenso de la ciudadanía. Desde diferentes organizaciones hemos informado al congreso nacional que estamos en contra de este nuevo código y no se han tomado en cuenta nuestras demandas, sino que el presidente del congreso nacional, Mauricio Oliva, aprobó este código y ya lo publicaron en el diario oficial La Gaceta el 10 de mayo de este año y le dieron solo ese término para hacer una socialización en lo que se llama: VACASTIS LEGIS, a pesar que se ha pedido constamente que se prorrogue esto porque en otras leyes se dan dos años para la socialización y hay un espacio para poder incidir con leyes que son

lesivas. En este caso, el congreso nacional no lo ha permitido y dice que contra viento y marea se va a poner en vigencia este código el 10 de noviembre. Esto implica que toda la cadena informativa, si hablamos de periodistas, va a ser afectada —por ejemplo, si yo como periodista redactó una nota y ciertos grupos de poder o cualquier persona dice que le afecta, entonces me van a mandar a prisión y de igual forma al jefe de redacción, al director del medio, al editor y también si usted lo replica en una red social se verá afectado con muchos años de cárceles y censura total—. Además, también ahoga temas de suma importancia en la libertad de expresión e información que son necesarios para la sociedad hondureña, como narcotráfico, crimen organizado, violaciones de derechos humanos, corrupción… van a quedar todavía más sepultados de lo que ya están.

— ¿Teniendo en cuenta la promoción de un código penal que violenta todas las garantías y derechos de la sociedad, tales como el derecho a la libre emisión del pensamiento a informar y ser informado, podríamos decir que en Honduras hay una dictadura?

Tiene una dictadura y se ha fortalecido por dos vías: por la vía militar o sea militarizando a toda sociedad, aprobando nuevos cuerpos policiales… Tenemos alrededor de 15 nuevas entidades policiales, la policía militar es la cara visible del gobierno. Además, junto a esto, dichas policías lo que hacen es reprimir a la población cuando se manifiesta: golpean a periodistas cuando están haciendo una cobertura y lanzan directamente bombas lacrimógenas contra los cuerpos o toletean y golpean a los manifestantes (ahora la policía utiliza hasta piedras y nos las lanzan cuando andamos en la cobertura).Y por otro lado está el abuso del uso del derecho penal para imponer condiciones que criminalizan el ejercicio del periodismo, como la difamación y la calumnia (como la difamación por publicidad, esto sucede si usted lo compartió en redes sociales y muchas personas lo vieron; igualmente usted puede llegar a la cárcel y quedarse alojado allí y cumplir con 48 horas de prisión para ir avanzado en la condena que le puedan poner y esto queda a discrecionalidad de los operadores de justicia).

— ¿A parte del apoyo del estado español a favor de estas leyes lesivas en contra del pueblo hondureño, usted cree que existe complicidad de otros estados del mundo con el gobierno de Honduras que encabeza Juan Orlando Hernández?

¡Por supuesto! Yo pienso que esto se puso en evidencia desde el momento en el que se bajó la voz y no se dijo nada sobre las elecciones fraudulentas de los años 2013 y 2017. Quizás en 2017 con más profundidad ya que fue más evidente: la Unión Europea conocía con detalles todos los vicios de nulidad que había tenido la elección de 2013 y tenía que exigir que se implementarán medidas para que se corrigieran en las de 2017. Sin embargo, no lo hicieron y además la misión que enviaron al final emitió un informe que respaldó el fraude electoral. Entonces, es cierto lo hicieron en términos diplomáticos, pero en el fondo se quedó la persona que se reeligió ilegalmente, o sea, el señor Juan Orlando Hernández Alvarado, que tiene el control de los entes estatales como la corte suprema de justicia (quién decidió que era legal su reelección porque invocó principios humanos a la corte interamericana de los Derechos Humanos, tales como la participación política, manipulando todo esto).

Entonces, la corte le dio el sí y así él logró ser inscrito como candidato presidencial para las pasadas elecciones y luego vino todo el fraude electoral cuando la Alianza de oposición iba ganando en el escrutinio de votos y la luz se fue casualmente. Horas después se restableció el flujo eléctrico y entonces Juan Orlando Hernández ya era el ganador Fue tan evidente que para toda comunidad internacional estaba claro, pero es que además las misiones de observación internacional no deberían ir a donde el gobierno o el partido en el poder les lleve o a donde alguien le interese que estén; ellas deben ir donde la sociedad civil les oriente y donde sabe que se van a producir este tipo de acciones fraudulentas e ilegales para violentar el derecho que tiene la población a elegir y ser electa democráticamente.

— Ya para terminar algo que usted desee agregar o hacer un llamado a la comunidad internacional y en especial al pueblo catalán que es donde estamos, ¿qué pediría para que centren más la mirada por Honduras?

Pienso que deberían informarse más. Y creo las acciones como las del PEN Catalá, que respalda periodistas y escritores como el actual compañero de Honduras que está en el programa de escritor acogido con el apoyo del ayuntamiento de Barcelona. También diría que las actuales autoridades de Barcelona reconozcan la situación grave que está pasando en nuestro país y que otros periodistas informen sobre Honduras. Además, creo que es importante que los catalanes puedan reclamarle al gobierno español, porque están utilizando el dinero público para favorecer leyes lesivas que violentan los derechos humanos en países como Honduras. Para nosotras es importante que cooperen con el país, pero si va a haber una cooperación de esa forma creo que es mejor no tenerla porque nos viene a sentar un problema más fuerte que es la violación al derecho de la libertad de expresión e información, el derecho a la protesta, el derecho de las mujeres, el derecho a la tierra y otros derechos que van inmersos en todas estas violaciones graves que van a suceder con la puesta en vigencia del nuevo código penal.